Daniel Pérez Quintela

           Daniel Pérez Quintela (3º EE. EE.)

     Me llamo Daniel y tengo 29 años. Nací el 3 de mayo de 1982 en Bourdeaux (Francia). A los 4 años de edad, acabé residiendo en Galicia, en la ciudad de Lugo. Estudié una Ingeniería Técnica Agrícola en Industrias agrarias y alimentarias, también en Lugo. Entre algunos de mis hobbys destacan, la naturaleza, la bicicleta, y la lectura.

     Antes de estar en el seminario yo ya había estudiado antes una ingeniería, cuando estaba por terminarla acabé por darme cuenta de que no era lo mío. Me había equivocado, podría ser un buen enfermero, o un buen psicólogo, pero no un buen ingeniero.

     Al darme cuenta de que había perdido mucho tiempo en algo que no era lo mío, me sentí un poco confuso y tuve un poco de miedo de volver a equivocarme otra vez. Y es en este momento, cuando apareció Dios en mi vida. Yo empecé a dedicarle tiempo a la oración y a ir a misa entre semana, y acabé por pedirle: Señor dame luz por que yo no lo tengo claro ¿En donde me ves tú?. Y Dios me escuchó, no me dijo de entrada que me había regalado una vocación al sacerdocio por que lo hubiera rechazado automáticamente. Me hizo darme cuenta poco a poco, y como quien no quiere la cosa, me iba guiando, me iba seduciendo. Él me hablaba a través de personas que iba conociendo, a través de acontecimientos y curiosas coincidencias, pero sobre todo me habló a través de su Palabra.

     Yo empecé a sospechar que algo me quería Dios, el 3 de mayo del 2009, el día de mi cumpleaños. Ese día yo había escuchado una pequeña predicación acerca del libro de Jonás. Ahí se nos habla de un hombre que siente que Dios le llama a ir a Nínive a predicar a sus habitantes, por que se habían apartado fuertemente de Dios. Jonás al darse cuenta de los inconvenientes que todo ello le supondría, cogió y se escapó a Tarsis. Jonás trató de huir de la presencia de Dios. Al final Dios permitió circunstancias difíciles en la vida de Jonás hasta que el clamó a Dios y se dio cuenta de que es inútil jugar al escondite con Él. Jonás recibió una segunda llamada, recibió una segunda oportunidad y esta vez si que fue a  Nínive a hacer lo que Dios le había mandado.

     En el libro de Jonás podría decirse que me vi como si fuera en  un espejo,  pues antes de entrar en la universidad, hace ya ahora mas de diez años, yo sentía que Dios me pedía algo más, que me tomase un tiempo para Él, por que en cierta manera me sentía atraído a una vocación religiosa. Pero yo le dije que no, pues tenía miedo y quería experimentar otras cosas, y que después ya veríamos. Y como no, Él respeto mi libertad y me decisión. Pero fue un error, por que yo poco a poco fui poniendo a Dios en el último lugar en mi vida, cosa que me trajo consecuencias negativas, y como el profeta Jonás, yo acabe también en  el vientre de una ballena.

     La lectura del libro de Jonás me hizo darme cuenta de que yo también había estado jugando al escondite con Dios durante demasiado tiempo y que no le había sido fiel. Pero también me hizo ser consciente de que Dios es siempre fiel, y me estaba volviendo a llamar en la vocación al sacerdocio, dándome una nueva oportunidad y un nuevo sentido a toda mi vida.